01 octubre 2006

En qué basamos la educación canina

Como adiestradora canina me gustaría poder ayudaros un poco a comprender a vuestro perro, por eso voy a ir poniendo información sobre como educar a nuestro perro o cachorro.

En qué basamos la educación canina
Si has solicitado el envío de estos consejos, es porque sin duda ya tienes o estás pensando en tener un perro.

El compartir con un perro es una experiencia maravillosa. De cada uno depende que esta experiencia se convierta en una relación armónica o conflictiva. El secreto se basa en el respeto y comprensión de la naturaleza canina.

En una relación humana/canina, se produce la asociación de dos especies de naturaleza distinta, la primera un frugívoro arborícola, la segunda un carnívoro corredor. Pero ambos comparten una característica en común: la de ser animales gregarios cooperativos.

Ambas especies tienden a ver a la otra parte como un miembro de su propio género. De este modo, el humano comete el error de humanizar al perro, mientras que el perro se comporta con su familia de dos patas como si se trataran de lobos adultos.

Es fácil comprender que quien debe poner las cosas en su lugar es de los dos la especie más inteligente, es decir, el ser humano.

El perro es un lobo con características infantiles. Este fenómeno es denominado neotenia. A través del cual un animal alcanza la madurez sexual conservando características infantiles.

Dichas características infantiles son más o menos evidentes dependiendo de la raza de cada perro. Así los spitz antiguos, tales como samoyedos, siberianos, malamutes, etc., alcanzan una mayor madurez que los pastores, labradores etc.

Esta condición de conservar características infantiles los hace en cierta forma parecidos a nosotros los humanos. El ser humano conserva su capacidad de asombro, de juego, es decir su capacidad de aprendizaje, durante toda su vida. El lobo doméstico, es decir nuestros perros, también es capaz de aprender a lo largo de toda su vida.

Sin embargo existen diferencias en el lenguaje gestual que dificultan muchas veces la comunicación. Y existen diferencias en la capacidad de interpretar los códigos de comunicación que la dificultad más aún.

Es así que muchas veces los intentos por educar un perro culminan con un rotundo fracaso.